LA CIA EN LOS COMPLOTS EN NUESTRA AMÉRICA

PERIODISTA  GERARDO FERNANDEZ CASANOVA>>

LA CIA EN LOS COMPLOTS EN NUESTRA AMÉRICA>>

Gerardo Fernández Casanova>>

Para estudiar un fenómeno determinado, la investigación científica busca conocer las circunstancias en que éste se repite y se comporta y, en función de ello establecer hipótesis a comprobar y, en su caso, corroborar. Con el mismo rigor es posible obtener conclusiones respecto de ciertos fenómenos que suceden en el orden de la política. Me quiero referir a los virus que han atacado a las democracias populares en América Latina provocando derrocamientos y persecuciones de dirigentes políticos en los últimos años. El primer ensayo fue el derrocamiento de Manuel Zelaya en Honduras en 2009, por convocar a una consulta popular que permitiera citar a la elección de una asamblea constituyente; los legisladores con respaldo militar lo destituyeron. El segundo caso fue el de Fernando Lugo, presidente de Paraguay, simplemente defenestrado por mal desempeño. El tercero correspondió a Dilma Rousseff, presidenta de Brasil por una no delictiva operación financiera gubernamental; en este caso actuaron al unísono legisladores corruptos y jueces de parcialidad reconocida. Cristina Fernández, presidenta de Argentina, fue permanentemente acosada por jueces parciales durante sus mandatos y después de ellos, con riesgo de ser encarcelada. Nicolás Maduro de Venezuela ha sido atacado desde todos los ángulos buscando su derrocamiento, sin que a la fecha lo hayan podido lograr, razón por la que se acude a los viejos mecanismos de desestabilización. Pero el caso extremo del fenómeno acaba de ocurrir con el encarcelamiento de Lula en Brasil, el presidente que logró los mejores calificativos al final de su periodo por su exitosa gestión al frente del gobierno y que hoy es el político más querido en ese país. En todos los casos se trata de dirigentes que se han distinguido por ser nacionalistas, contarios a las recetas neoliberales y comprometidos con los beneficios a sus pueblos.

Con la misma lógica se analizaron los casos en que, existiendo mayor concentración de la variable corrupción y delincuencia, el virus resultó inocuo. Tales son los casos de Enrique Peña Nieto de México y el presidente Santos de Colombia. En ambos casos hay condiciones extremas de causales de derrocamiento pero no pasa nada.

La actitud científica obliga a identificar cuáles son las similitudes y las diferencias entre los casos para acercarse a una conclusión. Las similitudes entre los defenestrados se refieren en su actitud política nacionalista, contraria al neoliberalismo y emancipadora del dominio imperial. La similitud para los casos mexicano y colombiano es su actitud en sentido contrario: son defensores del neoliberalismo y amables súbditos de los Estados Unidos.

Sin acudir a ninguna suerte de prejuicio ideológico, con absoluta frialdad, es claro que el fenómeno analizado lleva a la conclusión de la existencia de un complot de alcance internacional contra los regímenes nacionalistas y populares, que no ataca a los que son entreguistas e impopulares. En la misma secuencia lógica se detecta que el factor determinante es el gobierno de los Estados Unidos y la CIA, su brazo operativo, constitutivo principal del fenómeno analizado, acompañado por los grupos de poder económico local y la prensa a su servicio.

Viene al caso el tema por la indignación mundial que ha provocado el vil atentado contra Luis Ignacio Lula da Silva este fin de semana pasado. Su pecado fue ser exitoso en su política de erradicación de la pobreza y de haber liberado a su país de la dependencia respecto del imperio gringo, pactando alianzas sin su permiso con China, Rusia, India y Sudáfrica (BRICS). Pero, más que todo ello, por su pretensión de presentarse como candidato a la presidencia en las elecciones de octubre próximo, con todas las preferencias demoscópicas a su favor.

También viene al caso por lo que en México pueda suceder. En primer lugar porque los congéneres de los golpistas sudamericanos están en la misma tesitura de hacer lo que haga falta para evitar que López Obrador triunfe en las elecciones de julio próximo y, de no lograrlo por la abrumadora mayoría a su favor, hacer todo para hacerlo fracasar y tratar de derrocarlo. Así opera la derecha: si no gana arrebata. Por eso insisto en generar la organización social necesaria para apoyarlo exigiendo el cumplimiento de las expectativas ofrecidas.

Correo electrónico: gerdez777@gmail.com

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