LOS EFECTOS DEL ALZHAIMER>>: POR EDMUNDO CASTAÑEDA

PERIODISTA EDMUNDO CASTAÑEDA>>

Edmundo Castañeda>>

LOS EFECTOS DEL ALZHAIMER>>

Un grupo de amig(a)os ha comentado (mejor dicho compartido) un texto en el cual se comentan, entre otros temas, los efectos del Alzhaimer. Por fortuna no he tenido la experiencia de algún familiar el cual ya no sea consciente de quién es y quiénes son sus familiares, pero sí de algunas personas a quienes traté por motivos de trabajo y de vecindad. Empezaré por comentar el caso de un conocido. ¿Revelaré su nombre? No lo creo necesario, sólo diré que su ocupación o profesión fue la de fotógrafo. Quienes lo conocieron saben de la enfermedad que lo aquejó en sus últimos días y, para quienes no lo trataron, es inútil mencionar su nombre. Recuerdo cuando alguna persona me comentó del homenaje o reconocimiento que se le harían en el Jardín Borda de Cuernavaca. Eso fue hace más de 15 años, si la memoria no me traiciona. Allí acudí con gusto para saludar a la persona amistosa quien me llevaba unos 10 o 20 años de edad y la cual realizó una labor sobresaliente en su especialidad. Desde la butaca del pequeño auditorio donde presenciaba el acto, traté de saludarlo; pero sólo lo ví sonreir mirando hacia algún punto indeterminado. No faltó quien me dijera lo que pasaba (alguna enfermedad había deteriorado su cerebro o facultades mentales y ya no reconocía a las personas). Me causó tristeza el suceso y, con el paso de los años lo olvidé hasta hoy que lo comento.
Ya en la actualidad, con motivo de la muerte reciente de Gabriel García Márquez, el escritor colombiano (Cien años de soledad) mi hijo me compartió algunas publicaciones respecto a los últimos años del literato mencionado. En una de ellas se anotaba que don Gabriel ya no reconocía a uno de sus hermanos. Sin embargo, le decía.
-No sé quién eres, pero sé que te quiero mucho.
Y pienso entonces que, cuando nuestras facultades mentales menguan (disminuyen) es el amor el que prevalece.
Igual me ocurrió con una vecina, señora de la tercera edad, hace más de 15 años. La encontré en la calle junto con la mujer que la asistía la mayor parte del tiempo. Quise saludarla pero no me reconoció. Sin embargo, cuando ya se alejaban caminando (ella y su asistente) volteó brevemente, la luz (consciencia) se hizo en su cerebro y, con la amabilidad de siempre (característica en ella) alcanzó a decirme:
-Eres “fulano”….
No sabemos cómo terminará cada uno, podemos cuidar nuestra alimentación y nuestra salud, pero la última palabra la tiene El Creador Supremo. Buenos días.

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