PERIODISTA GERARDO FERNANDEZ CASANOVA>>
TANTEOS Y CHANTAJES>>
Gerardo Fernández Casanova>>
Como es acostumbrado al inicio de un nuevo gobierno, las fuer zas políticas y económicas procuran medir el talante del iniciante. Es algo comprensible; tradicionalmente el candidato muestra un rostro atractivo en busca de votos que normalmente difiere a la hora de ejercer el gobierno. A 60 días de su toma de posesión, el Presidente López Obrador se ha mostrado decidido a ejercer su mandato sin sorpresas y hacer lo que propuso en su largo camino para llegar a la Presidencia. Intolerante a la corrupción y al gobierno puesto al servicio de los negocios de una minoría, toma el camino de la definición y el enfrentamiento a los factores de la distorsión del carácter republicano. De entrada se echa el trompo a la uña de cancelar la construcción del aeropuerto sobre el Lago de Texcoco –joya de la corona de los grandes negocios y de la corrupción con graves afectaciones de orden económico, social y ambiental- para ofrecer una solución eficaz, de mucho menor costo y más rápida mediante la adecuación del actual aeropuerto, la construcción de tres nuevas pistas en la base militar de Santa Lucía y la recuperación de la capacidad subutilizada del aeropuerto de Toluca. El mundo se le vino encima y ya salió airoso de los conflictos propios de le decisión, principalmente los de orden financiero. Se pronosticaba la devaluación del peso, la estampida de los capitales y la caída de la bolsa de valores; el Presidente aguantó y el chantaje se desinfló.
Entrando al gobierno decidió no ser cómplice del criminal robo de los combustibles a PEMEX, cuya magnitud contribuía a la debacle de la empresa y que, mátalas callando, era tolerado por decir lo menos por los anteriores dos sexenios, ambos decididos a acabar con la empresa emblemática de la soberanía nacional. No ha sido fácil; los ductos de trasportación del combustible habían sido objeto de innumerables tomas clandestinas, algunas de tipo rudimentario y de poca monta, pero otras de tamaño industrial que hacían una o varias empresas clandestinas y paralelas a la empresa del estado. Asumiendo la responsabilidad política por las molestias a los consumidores en algunas entidades y por la capacidad criminal de sus autores, se adoptaron las medidas idóneas para vigilar, combatir y reparar las referidas tomas. Hoy a treinta días de emprendido el combate ya se ha logrado un alto porcentaje de control y se normaliza el abastecimiento en las entidades afectadas. Los que quisieron averiguar no tardaron en obtener la respuesta; la gente quiere responsables en prisión y seguramente los habrá, sin necesariamente tirar balazos ni formular procesos espectaculares; el seguimiento del dinero será la forma de la persecución e inhabilitación de los delincuentes. Pronto comenzará la chamusquina.
Entre los gobernadores se generó una tormenta o varias, por la designación de los representantes únicos del gobierno federal, dado la fuerza política que podrían ejercer, y por no haber permitido meter la mano en el presupuesto para etiquetar proyectos en sus estados incluyendo sus antiguos “moches”. Apoyado en su mayoría cameral el presupuesto respondió a las prioridades establecidas por el Presidente y fue satisfactoriamente aprobado. No obstante algunos de ellos se resisten con argumentos válidos y son atendidos; pero no falta el bravucón que pretende ser el que le ponga el cascabel al gato, en un alarde de valentía ante sus colegas. El de Michoacán, Silvano Aureoles, de oscuro maridaje peña perredista, se las juega provocando un severo conflicto con el magisterio de la CNTE, les retrasa el pago de quincenas y deja acumular viejas deudas del estado hacia los mentores y, de alguna manera propicia la vigorosa protesta magisterial que estrangula las comunicaciones ferroviarias; López Obrador acude en auxilio con recursos anticipados descontables de las participaciones federales al estado y resiste la puja por reprimir la manifestación dado su impacto severo a la economía; resiste y convoca a los maestros a negociar con las vías liberadas y se acepta; pudo haber sido antes pero a costa de quebrar la política presidencial.
El tema Venezuela y la vertical postura de México es materia de virulentos ataques, principalmente de los ignorantes dirigentes del PAN, que quisieran a México de rodillas ante la asquerosa intervención de los Estados Unidos; sin referencia a preferencias políticas por uno u otro bando, el Presidente se ajusta a los principios constitucionales y sólo con el acompañamiento de Uruguay se mantiene incólume a las muy poderosas presiones externas e internas. Independientemente de lo que allá suceda México defiende su propia soberanía al respetar la del bravo pueblo venezolano. Por ahí las cosas del nuevo gobierno que no comulga con la simple administración de los conflictos sino que los enfrenta con una nueva y más justa forma de gobernar.
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