“¿Y qué es la felicidad? Por Ignacio Cortés Morales>>.
¿Y qué es la felicidad?. Es poder levantarse de la cama sin ayuda de ninguna especie y ver lo que te rodea. Es poder tocar en todas las puertas de tu casa y dar y recibir los buenos días, y que los que ya no están en casa, les hables y también te den los buenos días. Es entrar a la cocina, abrir el refrigerador y poder preguntar ¿qué hago de desayunar?, ¿esto o aquello?; y si falta algo, meter la mano a la bolsa y decir “ahora vengo, voy a traerlo”. Sentarte y disfrutar de la familia frente a un desayuno a tu gusto, y poder comer de todo porque nada te hace daño. Después la ducha, o antes del desayuno, es tu elección, y tardar lo que quieras, sin preocupación. En el día sentarte y leer o ver televisión o arreglar el jardín o hablar por teléfono o ir a la terraza y ver las montañas, o en el quicio de la puerta y saludar a los que pasan, escucharlos si ellos hablan, mientras, dentro de la casa, se oyen las risas o los canturreos, y la alegría. Y dime, ¿cuánto darías por ello?, ¿cuanto darías por esos buenos días, por el saludo de los que pasan, por un desayuno delicioso, por el baño caliente?. La vida se compone de esos detalles, más la tasa de aromático café; no sólo de las cosas grandiosas, del reconocimiento colectivo, del gran descubrimiento, del libro que te dé el Nobel. La felicidad, señoras y señores, es tener a los que amas tan cerca que a una videollamada están, si no viven contigo. Las cosas simples son los más grandes tesoros a los que muchas veces únicamente valoramos cuando ya no están. La felicidad es, en síntesis, es la paz de tu conciencia para disfrutar lo que tienes.”. Puedes elegir si quieres agregarla a tu biografía. |
Nacho escribió: “¿Y qué es la felicidad? Por Ignacio Cortés Morales. ¿Y qué es la felicidad?. Es poder levantarse de la cama sin ayuda de ninguna especie y ver lo que te rodea. Es poder tocar en todas las puertas de tu casa y dar y recibir los buenos días, y que los que ya no están en casa, les hables y también te den los buenos días. Es entrar a la cocina, abrir el refrigerador y poder preguntar ¿qué hago de desayunar?, ¿esto o aquello?; y si falta algo, meter la mano a la bolsa y decir “ahora vengo, voy a traerlo”. Sentarte y disfrutar de la familia frente a un desayuno a tu gusto, y poder comer de todo porque nada te hace daño. Después la ducha, o antes del desayuno, es tu elección, y tardar lo que quieras, sin preocupación. En el día sentarte y leer o ver televisión o arreglar el jardín o hablar por teléfono o ir a la terraza y ver las montañas, o en el quicio de la puerta y saludar a los que pasan, escucharlos si ellos hablan, mientras, dentro de la casa, se oyen las risas o los canturreos, y la alegría. Y dime, ¿cuánto darías por ello?, ¿cuanto darías por esos buenos días, por el saludo de los que pasan, por un desayuno delicioso, por el baño caliente?. La vida se compone de esos detalles, más la tasa de aromático café; no sólo de las cosas grandiosas, del reconocimiento colectivo, del gran descubrimiento, del libro que te dé el Nobel. La felicidad, señoras y señores, es tener a los que amas tan cerca que a una videollamada están, si no viven contigo. Las cosas simples son los más grandes tesoros a los que muchas veces únicamente valoramos cuando ya no están. La felicidad es, en síntesis, es la paz de tu conciencia para disfrutar lo que tienes.” |
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