Más trompadas da el hambre

TERTULIA POLÍTICA, Por Gerardo Fernández Casanova

Gracias amables lectores.

Ajeno a la más mínima diplomacia, Mr. Trump dice lo que otros políticos gringos prefieren ocultar. En esencia son todos, o casi todos, lo mismo: imperialistas arrogantes. El mundo entero está al pendiente de las elecciones en los Estados Unidos, como si en ellas se decidiera algo importante. Lo cierto es que el sistema norteamericano está diseñado para que nada cambie; un bipartidismo en el que ambos institutos políticos son igualmente capitalistas e imperialistas, con muy ligeros toques de matiz en el discurso, pero nada más.

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Hace ocho años muchos supusimos un cambio con la llegada de Obama a la presidencia; un negro con discurso liberal relativamente avanzado, postulando reivindicaciones sociales en su proyecto interno y respeto a las soberanías nacionales en lo externo; se le daba carpetazo a ocho años del nefasto y belicista  Bush.  Si Obama intentó cumplir con las expectativas no lo pudo lograr; los poderes reales de Wall Street y de Washington, como siempre, se imponen y sólo es su discurso el que cuenta. Inopinadamente le otorgaron el Premio Nobel de la Paz, sin que siquiera hubiera acabado con las guerras de Irak y de Afganistán, mucho menos el conflicto en medio oriente, en el que el papel de Israel como el genocida de Palestina siguió pesando más que la hermosa retórica de Obama. Los latinoamericanos le dimos la bienvenida y el beneficio de la duda; en la Cumbre de Trinidad, a escasos dos meses de su toma de posesión. En esa ocasión, con el respaldo de la información histórica, se le planteó un cambio de fondo en la relación entre los países del continente; incluso, Hugo Chávez le obsequió un ejemplar de Las Venas Abiertas de América Latina, del gran Eduardo Galeano, como recuento de los agravios cometidos por los Estados Unidos contra los latinoamericanos y caribeños. Nada cambió; Obama mantuvo la misma política imperial y, tal vez, ofendido por el sincero reclamo, se obstinó en descarrilar el proceso emancipador. Pareciera que se fijó la meta de que, antes de terminar su administración, la América Latina regresara a su tradicional condición de colonia y patio trasero del imperio. Es la mano negra que mueve a las oligarquías criollas para defenestrar a gobiernos legítimos, para volver a imponer las políticas de hambre y miseria del neoliberalismo.

Donald Trump; es un tipo burdo, rudo y cínico, que habla  sin artilugios diplomáticos ni falsas promesas de respeto y amistad (recuérdese que los Estados Unidos no tienen amigos sino sólo intereses). Su “verdad” ofende e incomoda a tirios y a troyanos, como chivo en cristalería, pero explota el sentimiento de insatisfacción de la pequeña burguesía empobrecida por el neoliberalismo, así como el racismo blanco que se ve desplazado por la llegada de las olas de migrantes de todos los colores en la piel. Estos mismos sentimientos encumbraron a Hitler con un discurso muy parecido al que hoy maneja Trump. Es posible que llegue a la presidencia y también que produzca un cataclismo de orden mundial. Con lo extraño que es el camino de la historia, pudiera ser éste el que lleve a la demolición del imperio al muy alto costo de la guerra.

De la Clinton ya conocemos su mano de hierro en guante de seda, como también su talante intervencionista y ultra capitalista. Es la candidata del sistema y lleva casi todas las de ganar,  para que todo siga igual. El republicano resulta tan peligroso que el mundo mira a la Clinton como una blanca paloma. No se descarta que el senador Sanders pueda seguir sorprendiendo y desbancar a la Clinton de la candidatura demócrata, tal vez para sacar de la manga al vicepresidente Biden y conjurar el riesgo de un presidente declarado socialista democrático respaldado por la juventud rebelde.

Sea a trompadas o a lances diplomáticos, de lo que se trata en este proceso es de mantener y fortalecer el estatus del imperio y la imposición de sus modelos de política y de economía, los que no ha servido más que para dominar al mundo y extender el hambre y la miseria.

Más trompadas da el hambre, para parafrasear al inolvidable Luis Spota.

Correo Electrónico: gerdez777@gmail.com

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